Cuenta la leyenda que una Noche de Halloween el diablo fue a buscar a un granjero irlandés llamado Jack. El granjero logró engañar al diablo y atraparlo y, este a cambio de su libertad, le prometió que jamás lo volvería a buscar.
Al paso de los años, Jack falleció y fue rechazado tanto en el cielo como en el infierno y condenado a deambular por la Tierra por el resto de sus días.
Antes de irse, pidió un último favor: una luz que pueda alumbrar su camino. Entonces, el diablo le entregó una brasa. El granjero cogió un nabo que llevaba encima, le hizo un hueco y colocó la brasa dentro del tubérculo.
Desde entonces, en Irlanda se hizo popular la historia de Jack o’Lantern (Jack el del farol).
La leyenda irlandesa de Jack el tacaño (Stingy Jack) explica el origen de el farol de Jack (Jack-o’-Lantern). Image: Jovan Ukropina.
Y entonces… ¿por qué Halloween se caracteriza por decorar calabazas?
Con la llegada de los inmigrantes irlandeses a Estados Unidos, la celebración fue siendo más relevante y se llegó a convertir en tradición. Al no haber muchos nabos, pero sí calabazas, se decidió cambiar de verdura.